Pautas para el transporte de alimentos perecederos
El transporte de alimentos perecederos es uno de los más delicados que existe. Para que estos productos lleguen a los consumidores finales en perfectas condiciones, es indispensable tener en cuenta la legislación vigente que establece diversas condiciones obligatorias a aplicar en cuanto a transporte e higiene. Además, deberán valorarse las necesidades específicas de cada producto y la creación de un ambiente de ‘temperatura controlada’ para garantizar su correcto traslado.
Normativa sobre el transporte de alimentos perecederos y no perecederos
El transporte de alimentos perecederos se rige por el Real Decreto 1202/05, que establece las condiciones que deberán cumplirse durante el trayecto desde el lugar de carga al de descarga, así como todos los movimientos que sufrirán este tipo de productos durante este proceso.
Uno de los aspectos más importantes de esta normativa es que los vehículos que se dediquen al transporte de este tipo de mercancías tienen que contar con la placa identificativa del ATP, que los identifica como aptos para la carga de este tipo de mercancías.
Las siglas ATP se corresponden con el ‘Acuerdo sobre transportes internacionales de mercancías perecederas y sobre vehículos especiales utilizados en este transporte’. Se trata de una reglamentación de tipo técnico y sanitario que especifica todos los requisitos que deben cumplir los vehículos especiales para el transporte de alimentos perecederos y sus correspondientes mecanismos de control. También establece las temperaturas máximas a que deben someterse estos productos durante la carga, descarga y traslado.
Asimismo, es importante tener en cuenta que solamente se consideran mercancías perecederas las que se recogen en el ATP. Así por ejemplo, los platos preparados no entran dentro de esta categoría y, por lo tanto, no tienen que ser transportados en vehículos ATP.
Este acuerdo también establece una relación de los diversos tipos de vehículos que pueden transportar los alimentos perecederos y sus características. Además, en el transporte de este tipo de mercancías es necesario tener en cuenta el Reglamento del Parlamento Europeo relativo a la higiene de los productos alimenticios, que señala la necesidad de eliminar el riesgo de contaminación de los alimentos usando los contenedores adecuados y estableciendo separaciones efectivas entre ellos. Igualmente, estos receptáculos deben mantener la temperatura adecuada para cada producto y colocarse dentro del vehículo de manera que se facilite su protección.
Vehículos adecuados para el transporte de alimentos perecederos
Los alimentos perecederos necesitan unas condiciones térmicas concretas para su transporte. Por esta razón, es necesario usar vehículos específicamente diseñados para mantener el ambiente adecuado en los desplazamientos.
La normativa ATP especifica los siguientes tipos de camiones como adecuados para el transporte de alimentos considerados como perecederos:
- Isotermo: dispone de una caja con paredes aislantes, además del suelo, el techo y la puerta. Así se puede evitar el intercambio de calor entre su interior y el exterior.
- Refrigerado: se trata de un camión isotermo con una fuente de frío que permite bajar la temperatura de la caja y mantenerla cuando ya contiene toda la carga.
- Frigorífico: se considera también otro tipo de camión isotermo. Se caracteriza por controlar la temperatura dentro de la caja entre 12ºC y -20ºC.
- Calorífico: a diferencia de los anteriores, este tipo de camión posee un dispositivo de calor que eleva la temperatura de la caja por encima de los 12ºC.
La cadena de frío
A diferencia de lo que ocurre con los alimentos no perecederos, el cumplimiento de la cadena de frío es uno de los requisitos esenciales en el transporte de alimentos perecederos. Mantener la temperatura controlada es la única manera de evitar daños importantes en la mercancía, como la maduración incontrolada, la podredumbre o el desarrollo de microorganismos.
Es importante aclarar que cuando hablamos de cadena de frío no nos referimos tanto a la refrigeración o congelación de un producto, sino a mantener la temperatura adecuada durante todo su trayecto desde el momento de la recogida hasta llegar a manos del cliente.
Consejos prácticos para el transporte de alimentos
La mercancía alimentaria debe transportarse clasificada según su naturaleza y temperatura óptima de conservación. Además, deberá estar envasada con materiales que cumplan con la normativa de higiene de los alimentos.
Asimismo, los encargados del transporte deberán disponer de contenedores independientes para almacenar la mercancía devuelta o defectuosa, sin que se mezcle con el resto de productos.
Un requisito indispensable para el correcto transporte de alimentos perecederos es que, después de cada ruta, se limpien y desinfecten todos los elementos relacionados con la mercancía, desde el propio camión a los contenedores usados.
Cumplir con todas estas normas para el transporte de alimentos perecederos y garantizar su buen estado en todo momento no es siempre fácil. Para que esta tarea sea más sencilla para los profesionales, Decco Ibérica ofrece productos especialmente diseñados para mantener la higiene de la mercancía, como los filtros y los sachets.
Los filtros absorbedores de etileno se colocan en la rejilla de aspiración de los equipos de frío para que el aire pase a través de ellos y se absorba y oxide el etileno. Están fabricados con una doble malla de polietileno y rellenos de granulado absorbedor. Están especialmente recomendados para cargas combinadas y para las que tienen destinos lejanos. En caso de frutas como el kiwi o el caqui, que son especialmente sensibles a este elemento, se recomienda usarlos siempre que el trayecto sea de más de un día de duración.
Por su parte, los sachets refuerzan esta protección contra el etileno hasta el momento de la venta final del producto. Se colocan en las cajas ya confeccionadas y llegan hasta la tienda de comercio al por menor. Además, son complementarios con otros sistemas de protección aplicados en el transporte de alimentos perecederos, como las bolsas microperforadas.