Cómo evitar la deshidratación de la fruta en postcosecha
La deshidratación de la fruta es uno de los principales motivos de las temidas pérdidas durante la postcosecha, que son todos aquellos frutos que, tras una recolección en buenas condiciones acaban echándose a perder durante el periodo de almacenaje o transporte. Algunos estudios apuntan que entre un 5 y un 25% de los frutos que acaban desperdiciándose durante la postcosecha son por motivos de deshidratación.
En este artículo hablaremos de las consecuencias del proceso de deshidratación de la fruta y qué podemos hacer para evitar este problema o, por lo menos, minimizar sus consecuencias.
Principales daños provocados por la deshidratación en postcosecha
La severidad e incidencia de los daños en las frutas provocados por la deshidratación en algún momento del periodo que va desde la recolección a la comercialización del producto puede llegar a ser muy considerable. Por ello, es muy importante tomar las medidas adecuadas para tratar de mantener las condiciones idóneas en la conservación de los alimentos.
Estas son las principales alteraciones fisiológicas que puede presentar una fruta u hortaliza como consecuencia de problemas de una hidratación deficiente:
- Escaldado superficial.
- Aparición de podredumbres.
- Ennegrecimiento peduncular.
- Afectación del fruto entero.
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Cómo evitar la deshidratación: buenas prácticas y tratamientos
Para evitar o minimizar los efectos de las deshidratación en la postcosecha es fundamental reducir al mínimo la transpiración del fruto. Los expertos afirman que si se manejan con eficacia diferentes parámetros como: temperatura del glicol, humidificación, etc., es posible reducir al mínimo los efectos de la deshidratación, incluso en periodos largos de almacenaje y conservación.
Para reducir la transpiración del fruto debemos dirigir nuestros esfuerzos en tres puntos básicos:
- Bajar la temperatura del fruto
- Reducir el movimiento del aire en las cámaras
- Aumentar la humedad relativa del ambiente
Para lograrlo es recomendable poner en marcha las siguientes buenas prácticas y tratamientos:
- Es fundamental aportar mucha agua a las frutas en el momento de la entrada de estas en las cámaras de almacenaje. Un método muy efectivo es la inmersión de la fruta en balsas de agua fría. No podemos olvidar que es en las primeras horas de almacenaje cuando los alimentos pierden más agua. Esto se debe a un déficit de la presión del vapor entre el producto y el ambiente de la cámara, que es mucho más alto.
- Mantener lo más húmedo posible el ambiente de los espacios de almacenaje. De esta forma, evitamos una transpiración excesiva de los frutos.
- Otra buena práctica es pre-refrigerar las cámara antes de almacenar la fruta con sistemas de refrigeración rápida o de ventilación forzada. El objetivo debe ser igualar la temperatura del alimento con el de la cámara lo más pronto posible, evitando así una pérdida excesiva de humedad.
- Tratar de reducir el movimiento de aire dentro de la cámara, evitando que se produzcan corrientes. Los productos que logran mantenerse en las cámaras frigoríficas sin apenas circulación pierden menos agua.
Estas pautas suelen dar unos resultados aceptables, ya que están encaminadas a aumentar la temperatura de los frutos, en especial durante las primeras horas del proceso de postcosecha, con el fin de lograr un equilibrio rápido entre la temperatura inicial del alimento y del espacio donde se pretende conservar. Por lo general, se logra mantener la calidad del fruto gracias a una reducción significativa de la severidad de los síntomas de deshidratación.
No obstante, la competitividad del mercado de los productos agrícolas en general y de las frutas en particular es cada vez mayor. Esto hace que actualmente exista una gran presión por encontrar soluciones que, cumpliendo los exigentes requisitos de seguridad alimentaria y protección del medio ambiente, logren reducir las pérdidas postcosecha por deshidratación o acción de las plagas.
Se trata de un gran reto que Decco Ibérica está afrontando con decisión y notable éxito, sacando al mercado extraordinarios productos que mejoran el rendimiento de las producciones agrícolas, optimizando y solucionando los diversos problemas, entre ellos la deshidratación que tienen lugar en la postcosecha.
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